dijous, 17 de març del 2011

Réquiem a Ana Lasheras

Ramas que al viento vuelan,
ramas que al viento volaron,
dejando el sutil aroma
en el veintitrés de los Nardos.

El Roble altivo y alegre
parece que ha enmudecido,
bajo la tierra se esconde
el silencio de sus raíces.

Su ausencia es el desierto,
el sol y la lejanía,
de una cascada alegre,
de una mirada con vida.

Bambolea tristemente
la sombra del pino alto,
que ladea su figura
añorando su presencia.

La muerte es la salida
a un horizonte lejano,
donde dejas atrás el rastro
y los pasos de tu pasado.

A orillas del mar hay que ir
para ver tu alma en la aurora,
sintiendo el aire rozar
de las gaviotas revoltosas.

Ver la vida y la muerte,
cómo en espacios estrechos,
pactan, se abrazan y
se comprenden.

Con todo el cariño y anhelo
Por siempre

Ina Martínez Simón

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